(Epílogo a "Lemony Snicket")
Pues sí hay algo que decir...
Así está la ciudad pasadas las once de la noche.
Hoy es jueves, jueves de Perpignan, que llaman por aquí. Y cuando eso ocurre (casualmente, cada siete días), al caer la noche las calles de llenan de gente, y las aceras de músicos. Lo mismo en la terraza de un garito, que en una esquina, como para no molestar. Da igual, si gustan se llena de gente, si no...
Yo he dado con varios, pero los últimos me han encantado. Jazz, diría yo, a riesgo de que alguien me nomine para la horca. Muy buenos. El público entusiasmado; el grupo entregado en cuerpo y alma. Y el sonido invadía la pequeña plaza en que nos encontrábamos (detrás de Le Castillet, no tiene pérdida), llenándolo todo, retumbando dentro de uno, hasta que parece que es tu pulso el que se adapta a la cadencia de la música.
Un momento muy bueno, sí señor. Y eso merecía ser contado.
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